Mientras los soldados y diplomáticos de muchos países intentan evacuar a sus ciudadanos y empleados de Afganistán, el debate político está en pleno apogeo. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania ha sido criticado por su lenta respuesta a la situación y su falta de preparación para la evacuación. Por su parte, la actuación de Estados Unidos ha sido muy criticada en Londres, que acusa a Biden de ser responsable de lo sucedido.
Pero en este caso ni la OTAN de Estados Unidos ni otros aliados europeos no han olvidado cómo fue el expresidente de EEUU, Donald Trump, quien negoció el llamado acuerdo de paz y de retirada con los talibanes. Parece que ese acuerdo le dio a este movimiento carta blanca para barrer todo el país, una acción que habían estado esperando realizar desde 2001, cuando las tropas estadounidenses solo entraron en Afganistán.
Cuando termine el proceso de evacuación en Afganistán, puede que el país termine como Myanmar, Bielorrusia y el este de Ucrania y desaparezca de los titulares. En el caso de Afganistán, continuará la disputa dentro de la UE sobre cuántos refugiados deberían aceptar los países miembros, y se olvidará que millones de afganos se encuentran en campamentos en naciones vecinas como Irán y Pakistán.
El problema: la falta de cooperación
A pesar de toda la situación actual, Europa está preparándose para una posible debacle de su imagen y estrategia. Como se comenta entre analíticos europeos, la UE cooperaba al azar en el campo de la ayuda a las operaciones militares; y los estados miembros han estado siempre más interesados en colocar su bandera en cada proyecto que en colaborar entre ellos.
Es cierto que no se puede subestimar el esfuerzo europeo por construir escuelas y hacer que las niñas estén escolarizadas. De hecho, este ha sido uno de los grandes logros internacionales durante las últimas dos décadas. Pero ahora, el futuro de toda una generación de mujeres afganas está en peligro.
También es obvio que la misión de la OTAN en Afganistán fue defectuosa en varios aspectos. No dio el impulso necesario para que las tropas de diferentes países trabajasen juntas sin problemas. Los diferentes sistemas de equipamiento militar, desde helicópteros y tanques, hasta la falta de una logística eficaz fueron obstáculos para la necesaria unión y el intercambio.
Una de las principales razones de estas deficiencias es que los sistemas nacionales de formación no están integrados. No existe una cultura de formación única y los estados miembros tienen sus propios métodos, tradiciones e instrucciones.
Estudiar las deficiencias del sistema comunitario
La dependencia de Estados Unidos debe cambiar a un ámbito más amistoso para examinar y cambiar de manera eficiente los objetivos y estrategias de la OTAN. Estados Unidos, además de ser el mayor contribuyente a la OTAN, es el garante de la seguridad de Europa.
Actuando a nivel bilateral, la UE puede aprender a pensar estratégicamente. Esto implica analizar sin resentimientos sus capacidades, estructuras, diferentes culturas que inhiben la cohesión y la solidaridad de la UE, y los objetivos comunitarios cara al futuro.
Y nada de eso es fácil de alcanzar, pero si se tienen estas deficiencias fundamentales bajo control, los analistas aseguran que los esfuerzos de Europa dejaran de ser inútiles y se podrá garantizar el funcionamiento de un modelo basado en los valores de libertad, igualdad y dignidad que apoye los derechos humanos en situaciones tan críticas como la de Afganistán.