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6 extravagancias de escritores que no podrás creer

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Sabemos que la creatividad muchas veces va de la mano de la extravagancia, y en el caso de los escritores de esta lista, esto es más cierto que nunca.

Extrañas manías, actividades ilícitas y otras rarezas, forman parte del estilo de vida de los talentosos y famosos autores que presentamos a continuación.

William Burroughs

William Burroughs, autor estadounidense y su esposa, Joan Vollmer, fueron una pareja trágica. Aficionados a drogas como morfina y anfetaminas, se metieron en muchos problemas legales. Debido a ello, huyeron de Estados Unidos y llegaron a la Ciudad de México.

Fue ahí donde, en 1951, en una de tantas noches de fiesta en la que jugaban a ponerse una manzana en la cabeza y dispararle con un revólver, a William le falló la puntería y mató a su mujer de un balazo en el rostro.

Después, gracias a autoridades y abogados corruptos, logró salir bien librado del crimen y seguir escribiendo exitosas novelas, como Yonqui (1953) y La máquina blanda (1961).

Fiodor Dostoyevski

El reconocido escritor ruso, creador de Crimen y castigo (1866) y Los Hermanos Karamázov (1880), sufría de delirio de persecución. Además, padecía de miedo a la oscuridad, por lo que dormía durante el día y trabajaba en sus obras por la noche.

Sin embargo, no podemos culparlo por ello, considerando su pasado. Antes de ser escritor de éxito, a Dostoyevski lo encarcelaron por conspiración y lo condenaron a morir fusilado. Para su suerte, a último minuto la sentencia cambió y estuvo cuatro años haciendo trabajos forzados en Siberia, pero las secuelas le quedaron para siempre.

J. R. R. Tolkien

El célebre autor de El señor de los anillos (1954), de origen británico, era bien conocido por su carácter bromista. En ocasiones, se vestía como guerrero de la antigüedad, con hacha incluida, y perseguía por las calles a sus sorprendidos vecinos.

Mientras trabajaba como profesor universitario de Inglés, también hacía de las suyas. Más de una vez apareció vestido con una cota de malla, y recitaba el poema Beowulf, en inglés antiguo.

F. Scott Fitzgerald

El creador de El gran Gatsby (1925), en cierta ocasión bailó sobre los jardines de la editorial Doubleday para atraer la atención de Joseph Conrad. El guardia se dio cuenta y lo echó del lugar.

Fitzgerald llevó una vida de excesos, fiestas y alcohol, principalmente para complacer a su esposa, Zelda, quien se casó con él para que la llenara de lujos. Según Hemingway, ella lo empujaba a beber para que no pudiera terminar sus novelas, pues los cuentos que vendía a diversos medios les daban a ganar más dinero.

Gabriel García Márquez

El autor colombiano, famoso por obras como Cien años de soledad (1967) y El amor en los tiempos del cólera (1985), para poder trabajar necesitaba estar en una habitación con una temperatura específica y tener una flor amarilla sobre su escritorio.

Además, le gustaba escribir descalzo para inspirarse.

Friedrich von Schiller

El poeta alemán Friedrich von Schiller, autor de la letra del Himno a la Alegría (1786), y de obras como Maria Stuart (1800) y Guillermo Tell (1804), guardaba manzanas podridas en el escritorio donde escribía sus novelas. Decía que necesitaba del olor a podrido para poder inspirarse.

También se sabe que otro de sus rituales de escritura era poner los pies en un recipiente lleno de hielo.