Un estudio realizado por investigadores del Departamento de Neurociencias de la Universidad de Newcastle (Inglaterra), y publicado por la revista científica PLOS One, afirma que, para muchos hombres, tener a su lado a una mujer curvilínea les genera una sensación de confort que les permite afrontar mejor el estrés. Esto se debe a que ven a su pareja como alguien segura de sí misma, con fortaleza y control para afrontar los problemas. En palabras más simples, esta teoría indica que lo que los hombres encuentran irresistible en las mujeres con curvas no es tanto su físico, sino su confianza. Estas son las razones.
Saben lo que valen
Las mujeres exuberantes saben que sus cuerpos son admirados, por lo que no temen mostrar su belleza al mundo. Caminan orgullosas, empoderadas, conscientes de su valor. En una sociedad en la que hasta hace poco el canon de belleza era: “cuanta más delgadez, mejor”, crecieron sabiendo que eran diferentes y esto las hizo fortalecerse. Ahora que sus curvas son exaltadas y hasta copiadas en los quirófanos, saben que serán cotizadas y no se conformarán con lo mínimo. Y esto, para muchos hombres, es sumamente atractivo.
Son menos celosas
Debido a esa seguridad en sí mismas, las mujeres con curvas tienden a ser menos celosas. Al saber que son muy atractivas para sus parejas, saben que son como un tesoro que debe ser apreciado y cuidado, así que no pierden tiempo preocupándose por infidelidades. Además, es probable que quienes tengan que controlar sus celos sean sus medias naranjas, porque seguramente atraerán las miradas por doquier cada vez que salgan a pasear.
Son más asertivas
Al tener confianza en sí mismas, las mujeres con curvas tienen confianza en sus gustos y decisiones. Por eso, expresan sus deseos y necesidades más fácilmente, sin esperar que el hombre “adivine”. Saben que sus opiniones cuentan, así que no se quedan calladas a la hora de planificar las salidas o de tener conversaciones profundas. Esto no se traduce en que sean “mandonas” y en que quieran que todo se haga como les gusta, sin escuchar a su pareja. Más bien, al saber qué quieren pueden aportar a la relación y a las decisiones, lo que exime al hombre del estrés o del peso de tener que ser quien decida todo.
Disfrutan más de la comida
A la mayoría de los hombres les encanta comer y suelen sentirse desanimados cuando su cita solo pide una ensalada porque se está “cuidando”. Por eso, cuando se encuentran con una mujer curvilínea con una personalidad llena de confianza, saben que podrán pasarlo bien a la hora de comer: podrán compartir platos deliciosos en cualquier restaurante, probar nuevas recetas en casa y ella no despreciará la caja de bombones que le regale en su aniversario. Esto no quiere decir que las mujeres con curvas no se cuiden la mayor parte del tiempo, sino que no se negarán a indulgencias ocasionales, y eso es divertido a la par que estimulante para la pareja.
Muestran más empatía
Como se mencionó anteriormente, la sociedad acaba de salir de un par de décadas en la que la delgadez extrema era catalogada como el modelo a seguir a la hora de hablar de belleza. Si bien ahora las cosas han cambiado y las mujeres buscan tener cuerpos más curvilíneos, atléticos o musculosos, las que siempre fueron así saben lo que es crecer sintiéndose que no encajan en el molde. Por eso, no solo han desarrollado fortaleza y seguridad, sino también empatía. Los hombres ven en las mujeres con curvas potenciales compañeras que no desvalidarán sus emociones o preocupaciones, y eso las hace muy atractivas.
Transmiten seguridad
Se dice que la confianza es contagiosa, así que una mujer segura de sí misma probablemente hará que quienes la rodean también se sientan más seguros de sí mismos. Al tener una buena autoestima, no necesitan menospreciar o pisotear a otros; al contrario, las mujeres curvilíneas suelen ser más compasivas y comprensivas, con una mayor disposición a ayudar a los demás. Esta actitud colaboradora, producto de esa confianza que sienten, es otra cualidad que las hace irresistibles para la mayoría de los hombres.
