A la hora de cuidar nuestro peso o de intentar perderlo, se habla mucho de la reducción del consumo de carbohidratos como el pan o el arroz. Ambos son productos de uso muy común tanto porque resultan bastante asequibles como por su enorme versatilidad y comodidad de cocción.
Hoy aclaramos algunas dudas de la mano de la nutricionista Claudia Agüero, que nos da consejos para cuidar nuestra alimentación, como no prescindir del arroz blanco o del pan, ya que algunos componentes de los mismos ayudan a mejorar nuestra salud.
El porqué de esa prohibición
El hecho de eliminar el arroz y el pan, entre otros carbohidratos, de la dieta cuando se quiere perder peso radica principalmente en que en un gran número de casos estos alimentos se acaban transformando en azúcares. Esto no solo impide que adelgacemos, si no que produce un efecto totalmente opuesto.
Pero, al mismo tiempo, contienen una gran cantidad de beneficios para nuestro organismo que se deben tener en cuenta y eliminarlos por completo de nuestra alimentación puede ser un gran error. Por eso es importante saber cuáles debemos elegir y cómo y cuándo consumirlos para que nuestro cuerpo se vea beneficiado por sus propiedades.
Los principales beneficios que nos aporta el arroz
El arroz es un alimento muy completo y repleto de propiedades, como una gran cantidad de vitaminas del grupo B: B1, B3, B5 y B6. También contiene magnesio, ácido fólico, hierro y calcio, elementos esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Al mismo tiempo, el arroz es un gran aliado de nuestro estómago, ya que su almidón ayuda a controlar el tránsito intestinal, pero sin alterarlo, lo que lo hace un alimento esencial de las dietas blandas y todo un recurso cuando existen problemas gastrointestinales como la enfermedad de Crohn o la Colitis Ulcerosa o varios tipos de gastritis y disenterías.
Por su parte, el arroz integral también contiene una gran cantidad de beneficios, como vitamina A, B1, B3 y B12, además de ser una importante fuente de fibra y contener otros minerales y compuestos esenciales: sodio, potasio, calcio y hierro.
Hablemos del pan
El pan casero o el de panadería (excluyendo el envasado) contiene muchas propiedades y beneficios para el organismo, dado que al igual que el arroz es una gran fuente de minerales como el hierro, el magnesio o el potasio, además de contener vitaminas B6 y B12 y ácido fólico.
Además, como existe una gran cantidad de tipos de harina con los que hacer el pan, si se utilizan harinas integrales, este se convierte en una gran fuente de fibra, además de que los hidratos de carbono nos aportan altos niveles de energía, necesarios para afrontar nuestras obligaciones diarias y mantener nuestro cuerpo activo.
Los contras del consumo de pan y arroz
Ya hemos hablado de los beneficios que nos aportan el arroz y el pan, pero ahora nos toca centrarnos en la parte negativa. Y es que ambos contienen una gran cantidad de calorías y carbohidratos, que, sobre todo si proceden de harinas refinadas, se convierten fácilmente en azúcar. Si dicho azúcar no se quema con actividad física moderada, este se almacena en nuestro organismo, lo que nos incita a ganar volúmen y nos impide perder grasa.
Obviamente, cada cuerpo es un mundo y no a todos nos afecta igual el consumo de carbohidratos, que también depende de la cantidad que se ingiera, de la frecuencia, nuestra genética, la actividad física, etc.
Lo que recomiendan los expertos
Una nutricionista experta en la materia como es Claudia Agüero nos recomienda escoger arroz blanco antes que pan, sobre todo porque este último se suele elaborar a partir de harinas refinadas que hacen que se convierta en un alimento ultraprocesado y perjudicial para la salud.
Una buena opción si no se quiere renunciar a ninguno de los dos es optar por las versiones integrales, sobre todo para el pan, que podemos encontrar de múltiples cereales como la chía, centeno o quinoa. Así reducimos la cantidad de calorías y aumentamos el nivel de proteínas, fibra y hierro.