Si existen dos tradiciones con toros famosas en el mundo, seguro que hablamos de las corridas de toros típicas de España y algunos países de Sudamérica y los famosos rodeos estadounidenses. Pese al palpable maltrato animal y la polémica por las celebraciones de este tipo de espectáculos en pleno siglo XXI, aunque cada vez son menos frecuentes y muchas plazas de toros apenas tienen actividad, hoy os traemos las diferencias entre estos dos tipos de nobles animales.
Las corridas de toros en España
En la conocida como “fiesta nacional” de España se torean o lidian los denominados toros bravos o de lidia. Este tipo de toro crece en libertad y se trata de especie fibrosas, fuertes, con unos largos cuernos y, normalmente, la bravura que pone nombre a su especie.
Los toros bravos suelen criarse en dehesas al aire libre, principalmente en el sur de España y su tamaño los convierte en unas criaturas imponentes de unos 600 kilos de peso y unas astas afiladas.
En las corridas de toros, el matador torea al animal con diversos lances que lo van debilitando durante la faena hasta que finalmente lo mata. También es tradición que las corridas se produzcan tras un encierro, que consiste en dejar a los toros en una supuesta libertad por las calles de un pueblo o ciudad, previamente acotadas, con gente corriendo alrededor hasta llegar a un recinto cerrado en donde se les guarda hasta la corrida.
Los rodeos americanos
Aunque para nosotros los rodeos sean más de ficción, por las innumerables veces que los hemos visto en series y películas hollywoodienses, en algunas ocasiones se han podido ver en el Península de manera puntual.
Los típicos rodeos americanos se pueden hacer tanto con potros como con toros o novillos y, al no acabar con la muerte del animal, son mucho menos agresivos y nocivos para ellos, aunque también sufren durante el proceso. Aunque aquí en España estemos más familiarizados con los rodeos de Estados Unidos, también se practican en otros países como México, Canadá e, incluso, Australia.
Las diferencias entre unos toros y otros
Pese a tratarse del mismo animal, las diferencias entre ambos tipos de toros son palpables. Quizás la más notable sea el tamaño, ya que los toros de rodeo suelen ser más grandes que los destinados a las corridas.
Es verdad que ambos animales son fibrosos y fuertes y suelen destacar por su tronío y su bravura. Pero otra de las características principales es su método de crianza, ya que toda su vida está enfocada a un fin concreto y esto determina la manera de hacerlos crecer.
Aun así, también existen diferencias entre cada categoría, ya que los toros de lidia pueden proceder de diversas ganaderías y castas que determinan su genética y, en consecuencia, afecta a su tamaño y bravura.
Por otro lado, a los toros dedicados a los rodeos se les exige más movilidad que bravura, ya que no es procedente ni deseable que embistan durante los espectáculos, cualidad indispensable para los astados destinados a ser toreados en las corridas. Los toros de rodeo son más grandes e indomables, pues en ese aspecto radica su encanto y es con el fin que se les cría.
Si bien es cierto que también existen razas de toros de lidia de países como México, los más populares son los criados en la Península Ibérica.