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Obsesión en una relación: ¿qué es y cómo evitarla?

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Existen muchas formas de amar, pero cuando las manifestaciones de este amor son obsesivas estamos ante la presencia de un problema. Los pensamientos y comportamientos repetitivos e intrusivos respecto a la pareja son tóxicos y conducen a un grave trastorno. Pero, ¿cómo sabemos que estamos ante una situación preocupante y no simplemente ante una fijación inofensiva? Según los expertos, existen algunas señales de alarma.  

Cuando el amor es sano

El amor de pareja es un sentimiento hermoso que surge cuando encontramos a una persona que satisface nuestras necesidades emocionales y físicas. En una relación sana de enamorados existen valores y acciones que nos nutren como personas y nos genera bienestar. Se trata de relaciones donde privan la confianza, el respeto, la honestidad, la comunicación efectiva, la lealtad, el apoyo, el equilibrio y la libertad individual, entre otros aspectos. Cuando nos obsesionamos con la otra persona al punto de caer en comportamientos insanos no puede hablarse de amor, sino de un trastorno que afecta nuestra salud mental, genera ansiedad y perjudica a ambas partes de la pareja. 

¿Qué es el trastorno amoroso obsesivo?

El trastorno amoroso obsesivo, también llamado trastorno obsesivo compulsivo amoroso, puede ser un término desconocido para muchos, pero según especialistas existe una incidencia significativa registrada, lo que hace que muchos de nosotros conozcamos de estos casos (o los hayamos vivido en carne propia) sin saberlo, sin que hayamos tenido un diagnóstico profesional. Psicológicamente se define como una condición en la que una persona tiene pensamientos recurrentes y obsesivos sobre la pareja, el amor o las relaciones románticas. Esta situación les causa una grave angustia y afecta negativamente la calidad de vida.

Síntomas de una obsesión

Aunque las señales de alarma pueden variar en cuanto a tipo e intensidad dependiendo de cada persona, estas son algunas generales que se pueden tener en cuenta:

– Continuamente piensa en la pareja, incluso cuando no viene al caso: estos pensamientos intrusivos se manifiestan de forma repetitiva durante el día y tienen que ver sobre escenarios negativos y dudas sin razón aparente. “¿Me quiere?”, “¿Y si deja de quererme?”, “¿Me estará siendo infiel?”, “¿Le resulto atractiva/o?”, “¿Qué estará haciendo?”, “¿Va a terminarme?” o “¿Le soy suficiente?” son algunas de las interrogantes que le atormentan.

– Tener actitudes compulsivas: una persona con trastorno amoroso obsesivo tiene conductas repetitivas que buscan aliviar su ansiedad producto de su obsesión. Por ejemplo, revisa continuamente su teléfono o dispositivos móviles, se aparece de “sorpresa” en el lugar donde su pareja esté, busca señales de afecto, quiere acompañarle a todas partes, etc.

– Miedo  irracional al rechazo: la persona experimenta un temor intenso ante la idea de que su pareja le deje o le rechace. Esto le lleva a las lágrimas y depresión. 

– Querer certezas: la obsesión le lleva a querer que su pareja le diga constantemente que le ama. Necesita tener seguridad y garantía sobre los sentimientos de la otra persona.

– Impacto en la vida diaria: los pensamientos obsesivos sobre su pareja le impiden concentrarse en otras áreas de su vida como el trabajo o los estudios y estas suelen verse afectadas negativamente.

– Emociones negativas: emocional y psicológicamente padece sentimientos como soledad, tristeza, angustia y desesperanza. 

Qué hacer para evitarlo o superarlo

Si una persona identifica que padece los síntomas de una obsesión amorosa, o ve estas señales en su pareja, lo ideal es que busque ayuda psicológica. Un especialista podrá darle la terapia requerida para hallar el origen, superar esta situación y evitar que se repita en un futuro. Sin embargo, estas son algunas recomendaciones basadas en la opinión de profesionales: 

– Aprender a conocerte: lograr un  cambio positivo en tu vida y en tus relaciones sentimentales dependerá del aprendizaje propio. La solución no está afuera (la pareja u otros), sino en la forma en la que gestionamos lo que sentimos y en cómo nos comportamos

– Hallar el origen del problema: como suele ocurrir en los padecimientos psicológicos, el problema no suele estar originado en la situación en sí, sino en algo que ocurrió en tu vida mucho antes y que te llevó a eso. Por ello hay que ir a la base y descubrir por qué te comportas y gestionas tus emociones de esa forma, o qué hace que sientas tanta inseguridad.

-. Trabajar en el bienestar propio: una baja autoestima suele estar presente en las conductas obsesivas amorosas. Si no nos valoramos, conocemos, aceptamos y queremos como somos, tendremos dificultades para entablar relaciones sanas con otros. 

-. Enfocarte: cuando se tienen metas claras y nuestros hábitos y acciones están dirigidos a ellas, es menos probable que caigamos en malas relaciones. Enfocarte en tus prioridades de vida evitará que crees patrones dañinos. 

-. Contar con una red de apoyo: tener amigos, familiares o seres queridos a los que podamos recurrir en caso de necesitar apoyo emocional es importante para superar cualquier mal. Esta asistencia cercana es significativa y no debemos tener vergüenza de solicitarla. Pero es importante recordar que esto debe ir a la par de la ayuda especializada.