Dejando al lado el espectro político, 2023 fue un año para los libros de historia y que ha llevado al mundo a estar más cerca que nunca de un nuevo conflicto global desde la Guerra Fría. Sin más preámbulos, os contamos las diez guerras que es probable que veamos en los próximos años.
1. India contra Pakistán
India y Pakistán son dos países independientes desde 1947, pero desde entonces ya se han enfrentado entre sí en cuatro guerras. Muchos de sus conflictos se han centrado en la lucha por el territorio de Cachemira. La guerra más reciente fue en 1999 y provocó alrededor de mil fallecimientos entre ambos bandos. Sin embargo, cualquier futuro enfrentamiento probablemente sería catastrófico, ya que tanto India como Pakistán son dos potencias nucleares. En una confrontación nuclear, ambos países quedarían prácticamente borrados del mapa. Pero eso ni siquiera es lo peor, ya que los científicos predicen que la radiación se extendería por todo el continente asiático, provocando la pérdida de innumerables cosechas, que nos llevaría a una hambruna mundial. No es exagerado decir que morirían miles de millones de personas. Incluso aunque ambas naciones decidieran enfrentarse sin utilizar el armamento nuclear, el ejército paquistaní cuenta con alrededor de 700 000 soldados. Pero esta cifra la dobla su posible oponente; con cerca de un millón y medio de integrantes en sus filas militares. Evidentemente, ambos países quedarían devastados si entraran en conflicto.
2. Estados Unidos contra Irán
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán han ido in crescendo tras las continuas pruebas de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) llevadas a cabo por Irán. EEUU teme que estos misiles se destinen como vehículos que podrían, probablemente, desplegar armas nucleares y apuntar con ellas a Israel. Si la administración del gobierno de Estados Unidos hubiera creído que Irán estaba a punto de desarrollar la capacidad de atesorar armas nucleares, posiblemente hubiera lanzado un ataque preventivo contra el país. Según los datos disponibles, parece que EEUU, que gasta miles de millones de dólares en defensa, no tendría mucho problema en atacar y derrocar al régimen iraní, que cuenta con un presupuesto mucho inferior. Sin embargo, como EEUU aprendió durante la Guerra de Vietnam, luchar en ciertos territorios de difícil control como las selvas del país asiático o las montañas iraníes no es tarea sencilla. Así que es más probable que EEUU se vea inmerso en una guerra de guerrillas que dure décadas con diferentes facciones de gobiernos iraníes.
3. Rusia contra China
Enorme, inhóspita y más fría que el corazón de Steve Bannon, es difícil creer que alguien en su sano juicio quisiera vivir en Siberia. Sin embargo, esta enorme franja de tierra está provocando tensiones entre el Kremlin y Beijing. Siberia constituye por lo menos dos tercios de la masa continental de Rusia, pero es una incorporación relativamente reciente al país. Fue en la Convención de Pekín de 1860 cuando Rusia esencialmente obtuvo el control sobre el territorio de la tundra, que antes pertenecía a China. Ahora parece que la nación asiática puede querer recuperarlo. China ha estado comprando enormes extensiones de regiones ricas en minerales dentro de Siberia. Esto ha despertado preocupaciones en el Kremlin de que Beijing esté tratando de socavar su influencia en Siberia. Se rumorea que China comenzará a expedir pasaportes a cualquiera que desee la ciudadanía en Siberia y, en última instancia, poblará Siberia con ciudadanos chinos. Cualquier amenaza percibida por parte de Rusia contra estos nuevos ciudadanos chinos le daría a China una excusa para invadir en nombre de proteger a su pueblo. Si China utilizara su ejército para forzar una apropiación masiva de tierras, ciertamente ganaría terreno rápidamente con sus 2,3 millones de tropas. Y debido al accidentado terreno de Siberia, la única forma en que Rusia pudiera ganar la guerra sería utilizando sus siete mil armas nucleares, borrando a China del mapa.
4. Irán contra Arabia Saudí
Puede que la Guerra Fría terminara con la caída de la Unión Soviética en 1991, pero Oriente Medio se encuentra sumido en su propia Guerra Fría. Irán y Arabia Saudí son archienemigos y su enfrentamiento es la clave para entender el conflicto en Oriente Medio. Todo comenzó en 1979 con la popular revolución iraní, que derrocó al Sha de Irán e instauró una República Islámica bajo el líder supremo Ayatollah. El Ayatollah alentó a los musulmanes chiítas de todo el mundo a levantarse y derrocar a sus enemigos, y esto no fue del agrado del reino sunita de Arabia Saudí. La situación en El Líbano, la Primavera Árabe, la guerra civil de Yemen y el bloqueo de Qatar son acontecimientos geopolíticos globales importantes generados por las tensiones entre Irán y Arabia Saudí. Las dos naciones ya están involucradas en numerosas guerras indirectas en Siria, Yemen e Irak y, a medida que pasa el tiempo, esta lista irá aumentando de tamaño. Con las dos naciones cada vez más poderosas y más opuestas entre sí día a día, la guerra parece inevitable. Cualquier cambio dramático en la región, como que Estados Unidos finalmente retire sus tropas, podría crear un vacío de poder que se convierta en el catalizador de una guerra entre las dos naciones islámicas.
5. Corea del Norte contra Corea del Sur
De hecho, según Corea del Norte, los dos ya están en guerra. Si Corea del Norte inicia una guerra, las fuerzas aliadas combinadas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur abrumarían a las fuerzas norcoreanas. Pero si Corea del Sur asume el papel de agresor, probablemente arrastraría a China, lo que intensificaría el derramamiento de sangre a niveles de la Segunda Guerra Mundial. Incluso sin la ayuda china, dado que Corea del Norte opera como una dictadura militar, podría recurrir a 4,8 millones de soldados en cualquier momento, lo que conduciría a un derramamiento de sangre masivo en la península. Y no hablemos de la posibilidad de que se lance una bomba nuclear sobre Seúl o Tokio.
6. Rusia contra la OTAN
En 2014 Rusia conmocionó al mundo cuando ocupó el este de Ucrania e ilegalmente anexó Crimea a su territorio. El 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania en una escalada del conflicto ruso-ucraniano que se inició en 2014. Esta invasión representó el mayor ataque a un país europeo desde la Segunda Guerra Mundial. No es ningún secreto que Putin quiera ampliar las fronteras de Rusia, alcanzando potencialmente la inmensidad de la Unión Soviética antes de su desaparición el 25 de diciembre de 1991. Muchos sospechan que su próximo objetivo serán los Estados Bálticos, y dado que sus tres naciones; Estonia, Letonia y Lituania, son miembros de la OTAN; cualquier conflicto que involucre a cualquiera de estos estados arrastraría a los 29 países miembros, sin importar cuán reacios fueran a participar en un conflicto armado con el Kremlin. Las potencias combinadas de la OTAN eventualmente domarían al ejército ruso bien equipado y preparado, pero las cinco mil tropas de la OTAN actualmente estacionadas en Europa del Este serían aniquiladas antes de que llegaran los refuerzos. La invasión de Ucrania ha sido un punto de inflexión en este conflicto, que mantiene a medio mundo alerta y a la espera de nuevos acontecimientos que pongan fin al conflicto en la frontera más oriental de la vieja Europa.
7. Guerra del Mar de China Meridional
Hogar del 10% de las pesquerías del mundo y decenas de miles de millones de barriles de petróleo, el Mar de China Meridional es una zona rica en recursos de interés para todos los países de la región. China es consciente de ello y quiere reclamar la mayor parte posible. Las Naciones Unidas prohíben a cualquier país extraer recursos a más de 200 millas náuticas de su costa. Sin embargo, China ha encontrado una manera inteligente de evitarlo y es: construir islas. Desde 2014, la nación asiática construye islas artificialmente al sur de su costa. Estas masas de tierra sintéticas amplían el territorio del país y, según China, le permiten reclamar grandes segmentos del Mar de China Meridional y sus recursos. Para demostrar que no están bromeando, los chinos han situado soldados y aviones alrededor de estas islas artificiales en disputa. Esta política expansionista plantea una amenaza directa a otros países de la región. Si un aliado de Estados Unidos como Malasia o Filipinas tomara represalias militares contra China, Estados Unidos se vería obligado a unirse a la lucha. Esto significaría que Estados Unidos y China entrarían en una guerra directa por primera vez en la historia.
También existe la posibilidad de que China lleve a cabo una invasión a gran escala en Taiwán para el 2025, según indican los expertos.