Con “The Shape of Water”, el director Mexicano, Guillermo del Toro, está en boca de todos. Comenzó el 2018 con varios premios, y es favorito para los Oscars. Puede que su popularidad esté ahora en alza, pero su enorme fanaticada no surgió de la nada y es considerado un director de culto. Si te encantó su última película, ¡lee esto para que descubras lo interesante que ha sido su vida!
Pacto con monstruos
Cuando era niño, creciendo en Guadalajara, le tenía miedo a los “monstruos” que creía se aparecían de noche en su cuarto. Un día decidió hacer un trato con ellos: Si lo dejaban en paz, sería su amigo. Y cumplió, ¿o no?
La papa asesina
A los 8 años comenzó a experimentar con la grabadora Súper 8 de su padre. Uno de sus cortos fue sobre una papa psicópata que mataba a su familia y terminaba aplastada por un carro.
Un poco extremista
Su abuela era tan católica que le hizo dos intentos de exorcismos. Sí, ¡dos! Y todo porque se preocupó al ver que su nieto estaba obsesionado con los monstruos y los cuentos de terror. Pues esa obsesión lo consagró. ¡Toma eso, abuela!
El mejor mentor
Tras haber estudiado en el Centro de Investigación y Estudios Cinematográficos de Guadalajara, Del Toro no se conformó y decidió aprender sobre efectos especiales. Su maestro fue nada más y nada menos que Dick Smith. ¿No sabes quién es? Pues, de seguro su trabajo en “El Exorcista” te provocó pesadillas. Seguro que ya no olvidarás su nombre.
Una tragedia y un insólito ayudante
En 1997, cuando Guillermo dirigía “Mimic”, su primera cinta en Hollywood tras el éxito de su ópera prima “Cronos” (1993), su padre, Federico Del Toro, fue secuestrado en Guadalajara. Ni su familia ni él, que había invertido todo su dinero en “Mimic”, tenían la absurda cantidad que los captores pedían para el rescate. Así que el director James Cameron (“Titanic”), quien tenía su atención puesta sobre el naciente talento de Guillermo, le prestó el dinero. Algunos medios dicen que fue ¡1 millón de dólares! Tras la liberación de Federico, los Del Toro se fueron de México.
¡Es tan genial que tiene su museo!
Del Toro tiene dos casas en Los Ángeles: una donde vive con su familia y otra donde guardaba todos sus libros y objetos relacionados con su trabajo. Y decimos “guardaba”, porque, vamos, con tantas cosas que ha acumulado de sus increíbles cintas como “El Laberinto del Fauno”, “Hellboy”, “Blade” y “Crimsom Peak”, obviamente terminó convirtiendo esto en un museo del horror al que llamó Bleak House (Casa Desoladora). ¡Morimos por ir!
Frankenstein 4Ever (imagina aquí los corazones)
No podía ser de otra manera. El libro favorito de Del Toro es “Frankenstein”. Tanto, que afirma que no se trata simplemente de una admiración hacia el personaje creado por Mary Shelley, sino un “fetiche”.
¡No le gustan los caballos!
Caballos, majestuosos animales que casi todo el mundo ama. Pues a Del Toro nunca le han gustado y después de trabajar con ellos en “El Laberinto del Fauno”, dice que los odia por “temperamentales”. ¡¿En serio?¡